El pasado también es futuro

 

Una línea imaginaria detiene mi paso y, sin haberla cruzado, el apego feroz de una nostalgia prematura se apodera de mí.

Soy así porque aquí piso, pero quién sabe cómo seré en ese asfalto; allí…

A un lado de la línea estoy yo, la del presente, pero con un pasado. Lo que soy es cuanto he aprendido durante estos años en los que me he dejado vivir. Esto es lo que soy, y me gusta. Pero, aunque así no fuera, no podría escapar; no existe salida de emergencia para huir del fuego de uno mismo; de la verdad.

Al otro lado está mi siguiente yo, la del futuro. Con otras ambiciones, sueños, ilusiones y promesas con las que llenar la experiencia. Con otros rostros y otra gente. Con otros lugares, otros sabores y quién sabe qué otros sonidos que, algún día, también, tendré que dejar…

Tengo miedo de pisar más allá de la línea…

Tengo miedo a cambiar el color de mis noches y el tono de luz.

Tengo miedo de apagar esta vida en la que ardo, no oler a recuerdos…

Pero sé que esté donde esté, y por muchas líneas que cruce, mi esencia vendrá conmigo. Porque soy más que esto, aunque me haya hecho a esto y esto me haya hecho a mí.

Al pasado se regresa buscando refugio en un movimiento contradictorio que alza sus ramas desde la raíz. El pasado también es futuro. Pues hay pasado en cada persona, incluso en las que no han nacido aún.

Attraversiamo

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