Su impulso ascendente o alta vibración consiste en canalizar el poder creador hacia fines evolutivos y el impulso descendente o baja vibración implica la degeneración de la energía creativa. Un ejemplo de ello es la famosa “hoguera de las vanidades”, una muestra de cómo la polaridad enfrenta, juzga y divide siempre ocasionando grandes pérdidas y desgracias, en este caso representada por las figuras de Savanarola y Lorenzo de Médici.
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