La forma más hermosa de querer

Unes dos cosas que nunca habían estado juntas y a veces funciona, y otras veces, no.

Unes a dos personas que no se habían unido antes y pueden estrellarse y arder, o arder y estrellarse.

Pero hay veces en que nace algo nuevo y, entonces, el mundo cambia.

Puede que, en algún momento, una de las dos desaparezca.

Y cuanto desaparece es mayor a la suma de lo que había.

Tal vez esto sea matemáticamente imposible, pero emocionalmente exacto.

Creo que me amabas, ni mucho, ni poco, me amabas y punto.

Siempre he pensado que los que dicen «te quiero mucho» tal vez, añaden el «mucho» por miedo a la contundencia de un «te amo», que es la única manera de decirlo, o no…

El querer lo hace material convirtiendo al otro en objeto de deseo, en una cosa; y el «mucho», que sea apto para todos los públicos, cuando, el amor, casi nunca, lo es.

Puede que ese sentimiento esté al alcance de todos, pero pocos llegan hasta él.

Y sí, todavía creo que tienes la capacidad de amar al mundo entero y que esa, es la forma más hermosa de querer.

Construyo recuerdos para nosotros con lo mejor que somos y los amontono en el momento presente, los concentro repletos de esa mágica energía que envuelve la vida y que hace que las semillas germinen, que los árboles den sus frutos, y los acaricio con el Sol.

No necesito que estés a mi lado, tocarte, o abrazarte… No necesito mirarte a los ojos, ni hablarte… lo hago a través del viento, del aire que respiras, de los árboles que murmuran entre sus hojas, de los sonidos que se derraman con su música, de la tierra que pisas y de los paisajes que contemplan tus pupilas.

¿No hay acaso amor más puro e infinito que el que lo envuelve todo, ese que se encuentra en cada soplo de vida, ese que se despoja del deseo, de cualquier necesidad, de cualquier anhelo que no sea la dicha y felicidad, el equilibrio y la concordia, la paz y el sosiego de aquel a quien se ama?

Así que prefiero perderlo todo, hasta esta vida, antes que causar aversión entre tu alma y la mía.

Este texto forma parte de Mientras la tierra duerme.

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