En ese momento entendí que los que siempre huyen son los que más necesitan quedarse y, al final, siempre se van…
Categoría: Narrativa
Esa rebeldía divina que tiene la audacia y el coraje de desafiar a la propia naturaleza, de disfrutar del orden caótico y del caos ordenado. La que arroja fantasía para soportar tanta realidad y realidad para vivir en un mundo de fantasía.

Arrebol en Ankara: El vértigo de poner en riesgo las ceretezas Capítulo II: El vértigo de poner en riesgo las certezas
Su tendencia a la catástrofe estaba tan normalizada que cuando divisó la luz al final del túnel, creyó que era un tren que estaba a punto de arrollarlo.

Arrebol en Ankara: Cuando los ecos mueren Capítulo I: Cuando los ecos mueren
Tomó el revolver que siempre lo acompañaba para infundir más miedo, o sentirlo menos él.

Un poco de radio
Pequeña entrevista para promocionar la Feria del Libro de Candelaria.

La verdad siempre insiste, y las personas se salvan solas
Lo importante no son los pasados que no vuelven, ni los futuros que nunca están... Lo importante es otra cosa. Y las personas, las personas se salvan solas.

¡Una vida, por favor!
Qué harías si un día despertaras y descubrieras que tu vida te ha abandonado a través de un pósit?

Esa raíz; ese hogar; mi código postal
Escribir, para mí, es otra clase de alimento; es esa raíz; ese hogar; mi código postal.

Nahia Sharp en ¡Una vida, por favor!
Dos años y más de cuatrocientos mil caracteres me unieron a Nahia Sharp. Una mujer a la que perturba la continua desgracia que viste este mundo y…

Lo que mi coche me contó Ese vals
Cuenta Gabriel García Márquez en Gabo, la magia de lo real, que un día se sentó al lado de su esposa y le dijo que para poder escribir necesitaba dedicar todo su tiempo a ello. Así que acordaron que él dejara aquel trabajo que consumía sus horas, aunque fuera lo único que les daba de comer.

Allí estaba su cielo
Sostenía entre las manos una taza humeante que desprendía olor a café. Sus profundos ojos atravesaban obsesivos el cristal de la ventana. Pensó en Karl Dönitz y en los submarinos. En el kirigami y el origami; en los barcos de papel. En la luz de las farolas. En el tubo de rayos catódicos y su cañón de electrones…, en Tritón y el cinturón de Kuiper…